viernes, 18 de diciembre de 2015


Castor y Francisco Rioja Juez. 18 de agosto de 1936 

Esa noche los mataron, ¿por qué? ¡¡ Por algo será!!
Pues sí que  por algo fue...
Por pensar de otra manera y hablar de libertad.
Por distribuir trabajo y creer en la igualdad.
Por creer tener derecho a vivir con dignidad.
Por ser tan inocentes y no pensar en escapar.
Por creer en la justicia y también en la verdad.

A uno el alcalde del pueblo le mandó llamar.
- ¡Yo no he hecho nada, ¿qué me puede pasar?!

El otro fue por propia voluntad,
por acompañar a su hermano, por apoyar.
Y nunca más regresaron, nunca más...
¡Y nadie sabía nada, todo se quiso silenciar!

Quedó una madre sin sus hijos, que sólo pudo llorar;
un padre, que por la pena, en tres meses los fue a acompañar;
una viuda y un silencio que nadie nunca pudo quebrantar;
dos niñitas inocentes sin un padre al que admirar.
Unos hermanos dolidos, roncos de tanto gritar.
Tres generaciones rotas y unos nietos que al medrar,
comprendieron el dolor de esos ojos, por lo fácil que fue matar
a sus hijos, maridos, padres y hermanos y sin pagar;
sin delito ni abogados, sin juicios y sin aval.

Barbarie, guerra, mentiras...
¡Que no nos vuelva a pasar!

A la memoria de todos los inocentes fusilados en la Gran Guerra Civil


MARISA MARTÍNEZ RIOJA

1 comentario:

  1. Emocionante verso,.....de misw días por la pedraja salió una exposición que muevo con orgullo.

    http://desenterrant.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar