jueves, 9 de agosto de 2018

sábado, 7 de julio de 2018

segundo curso de Memoria Histórica. Logroño 2018
"La Guerra civil 80 años después: Historia Filosofía y Creación artística"


viernes, 6 de julio de 2018


1936 Mujeres Republicanas

Mujeres   que vivían,   
para pisar la tierra donde ellos yacían,
para que nada pudiera crecer,
para que nada se pudiera olvidar.
Mujeres, enlaces con la vida de gentes escondidas,
gentes que pensaban, gentes que sentían,
gentes… que existían sin vivir,
por pensar, por sentir, por querer vivir.
Mujeres marchitas y encerradas
Para esconder su vergüenza,
Para esconder su miedo y su dolor.
Para no verle al odio los ojos,
Para no ver el desprecio de los otros.
Amando y cada día recordando,
Amando y en silencio,
Luchando y en silencio,
Silencio…, silencio…, silencio…
Mujeres fuertes, mujeres dulces, mujeres….
Madres, esposas, hijas, hermanas…
Mujeres      que con su unión
podían recordar sin hablar, sentir sin llorar,
vivir sin odiar…, vivir sin odiar… y sin perdonar ....
Mujeres que amaban vidas que otros robaron sin más.
Mujeres que fueron grandes y que supieron
Mirar a los ojos del verdugo
y poderle recordar su miseria
 su maldad, su ignorancia, su falsedad,
y toda una vida de mentira y crueldad.
Mujeres….

Marisa Martínez Rioja

jueves, 12 de octubre de 2017

lunes, 29 de agosto de 2016

viernes, 18 de diciembre de 2015


Castor y Francisco Rioja Juez. 18 de agosto de 1936 

Esa noche los mataron, ¿por qué? ¡¡ Por algo será!!
Pues sí que  por algo fue...
Por pensar de otra manera y hablar de libertad.
Por distribuir trabajo y creer en la igualdad.
Por creer tener derecho a vivir con dignidad.
Por ser tan inocentes y no pensar en escapar.
Por creer en la justicia y también en la verdad.

A uno el alcalde del pueblo le mandó llamar.
- ¡Yo no he hecho nada, ¿qué me puede pasar?!

El otro fue por propia voluntad,
por acompañar a su hermano, por apoyar.
Y nunca más regresaron, nunca más...
¡Y nadie sabía nada, todo se quiso silenciar!

Quedó una madre sin sus hijos, que sólo pudo llorar;
un padre, que por la pena, en tres meses los fue a acompañar;
una viuda y un silencio que nadie nunca pudo quebrantar;
dos niñitas inocentes sin un padre al que admirar.
Unos hermanos dolidos, roncos de tanto gritar.
Tres generaciones rotas y unos nietos que al medrar,
comprendieron el dolor de esos ojos, por lo fácil que fue matar
a sus hijos, maridos, padres y hermanos y sin pagar;
sin delito ni abogados, sin juicios y sin aval.

Barbarie, guerra, mentiras...
¡Que no nos vuelva a pasar!

A la memoria de todos los inocentes fusilados en la Gran Guerra Civil


MARISA MARTÍNEZ RIOJA